5 oct 2008
La noche no es azul, es amarilla
18 mar 2008
Alta Suciedad
10 feb 2008
Coda
Ayer de madrugada pensé en eso. Me sirvió. Me va a servir.
22 dic 2007
Hace siete besos que intento no pensar, hace diez acordes que intento escribir, y van a pasar dos canciones hasta que me arrepienta. Todo es permeable. Todo sube, todo baja. Baja el calor y sube el frío; el sol se moja y el viento seco me aleja cada vez más... Y mientras tanto, una voz me dice que van a volver los Julios de escarcha y los Eneros de arena, que se puede creer -y crear- un orden. Y quiero que esos besos sean ocho. Y no puedo darme cuenta si soy felíz usando tu campera en Diciembre, o si quiero ocho besos de alguien que use remera en Julio, con melodías diferentes entre sus manos. Cuatro notas me dicen que sí. Sonrío. Nueve notas me dicen que no. No me importa; hoy puedo contra eso y mucho más... hasta que llega un arpegio desgarrador. A veces pienso que el estómago es el más fiel de los termómetros del alma... La música no hace más que confirmármelo.Creo que hoy son seis las canciones que mueven mis visceras como un acordeón; sientos soles mojados y vientos secos y ninguno de los dos me molesta. Hace cuatro miradas que pienso que no, que definitivamente no. ----------- -'Nadie pierde (repites vanamente) Sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido. Un símbolo, una rosa, te desgarra Y te puede matar una guitarra'. -final del primer soneto de '1964', de J.L. BORGES-De los pocos poemas que me impactaron... porque no se puede jamás, jamás, escribir 'desgarra' y 'guitarra' tan juntos... El termómetro del alma otra vez ruge, cruje.
11 ago 2007
Soy igual que todo.
Y es que la diferencia termian confundiéndose con la chatura.
No paro de oscilar; de un confín al otro, con cortes, quebradas y saltos... pero al final siempre oscilo. Cada sol es un nuevo zigzag que parece detenerse a medio día, hasta que llega la luna que mira callada y obliga a revolver. ¿Por qué será que cuesta tanto estacionarse?
Las personas somos péndulos. Focault, por ejemplo, tenía razón. No necesitamos fuerza motríz para ir de un lado a otro... y, después de todo, es evidente que no podemos permanecer iguales ante el movimiento de la tierra. Sí...definitivamente: las personas somos péndulos de carne y hueso. Bueno... es cierto que existen personas de metal, pero eso ahora no me importa.
Mover, remover, hundirse, perderse y volver a salir son una constante en la vida de una persona. Y es natural que así sea, y hasta productivo, y hasta funcionalsano, y hasta...y hasta... Basta.
A veces cansa.