22 dic 2007

1964

Hace siete besos que intento no pensar, hace diez acordes que intento escribir, y van a pasar dos canciones hasta que me arrepienta. Todo es permeable. Todo sube, todo baja. Baja el calor y sube el frío; el sol se moja y el viento seco me aleja cada vez más... Y mientras tanto, una voz me dice que van a volver los Julios de escarcha y los Eneros de arena, que se puede creer -y crear- un orden. Y quiero que esos besos sean ocho. Y no puedo darme cuenta si soy felíz usando tu campera en Diciembre, o si quiero ocho besos de alguien que use remera en Julio, con melodías diferentes entre sus manos. Cuatro notas me dicen que sí. Sonrío. Nueve notas me dicen que no. No me importa; hoy puedo contra eso y mucho más... hasta que llega un arpegio desgarrador. A veces pienso que el estómago es el más fiel de los termómetros del alma... La música no hace más que confirmármelo.Creo que hoy son seis las canciones que mueven mis visceras como un acordeón; sientos soles mojados y vientos secos y ninguno de los dos me molesta. Hace cuatro miradas que pienso que no, que definitivamente no. ----------- -'Nadie pierde (repites vanamente) Sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido. Un símbolo, una rosa, te desgarra Y te puede matar una guitarra'. -final del primer soneto de '1964', de J.L. BORGES-De los pocos poemas que me impactaron... porque no se puede jamás, jamás, escribir 'desgarra' y 'guitarra' tan juntos... El termómetro del alma otra vez ruge, cruje.